Habitación Meredith

Hacía ya algunas horas que me había despedido de él y la verdad es que ya le estaba extrañando. Odiaba tener que compartirlo, pero esta noche seria una de esas inolvidables, de las que no se olvidaría jamás.
Me vestí con un bonito picardías para la ocasión esperando aquí el timbre sonara y verle a él tras la puerta.
Me quede decorando la habitación con pétalos de rosas por la cama y por todos los lugares de la habitación, bajando la intensidad de la luz y llenando la habitación de velas rojas, para dar a la habitación un tono más pasional.
La espera se me estaba haciendo eterna, pero no podía hacer nada, igual la estúpida esa le había entretenido y por eso llegaba tarde, pero es lo que me tocaba ya que era la otra, la amante por así decirlo

Tras haber pasado un agradable momento con Candce me dirigí con nuevas energías a la casa de Meredith.
Me había colocado una cazadora de cuero negra para mitigar el frío. Había metido mis manos en los bolsillos de mis pantalones vaqueros, si en ese momento no parecía un chico demasiado pacifico, pero ya se sabia, no todo lo que se ve por fuera es la realidad.
En el bolsillo derecho de mi cazadora descansaba un pequeño regalo que tenia para Meredith, se lo había comprado días antes en un momento que había ido con Candice de compras, había alegado que era un regalo para mi hermana y al final había comprado tres, ya que, ¿como le iba a comprar a una de mis hermana y a la otra no? Así que, mis hermanas se había ganado un regalo y yo una buena tapadera.
Después de andar durante una media hora legue a la casa de Meredith, una mansión que regentaba ella sola... Sola.
Una sonrisa apareció en mi rostro al pensar en aquella palabra. Me dirigí al timbre y con un leve toque hice que este sonase tan solo con rozar el interruptor.
Me quede allí quieto, con una pose desinteresada y un tanto pasota pero las ganas de verla una vez mas crecian en mi interior y luchaban por salir de mi cuerpo.

No tardo mucho tiempo en abrirse la puerta y lo primero que vi fue a una Meredith realmente sexy con una bata de estar por casa. Por mi mente se pasó una pregunta ¿Que llevaría debajo de aquello? Suponía que pronto lo iba, pronto, muy pronto lo haría.
Sonreí y pase al interior de la casa, nada mas poner un pie en el interior del hall, la puerta de la entrada se cerro a nuestro paso y ella beso mis labios tiernamente. No supe cuando había acabado el beso ni cuándo ella me había vendado mis ojos, pero lo que si sabia es que ahora esta a su merced, ella era mi guia y yo era como un ciego que deseaba saber que pasaría a partir de aquel momento.
Según creía en ese momento estábamos subiendo las escaleras, di un par de traspiés pero al final llegue sano y salvo al piso de arriba.
Caminamos y en un momento entramos en otra estancia. ¿Por que lo sabia? Por la simple razón de que mis manos habían tocado el marco de la puerta y me había dado un leve golpe con la manilla de esta en mi mano izquierda. Ella retiro la venda de mis ojos y puede ver que nos situábamos en su habitación.
Le sonreí y me acerque a ella por atrás para besar su cuello con dulzura y, de vez en cuando, morder levente su cuello, sin dejar marca.

Tras entrar a su habitación besar su cuello y, en ciertas ocasiones, morderlo ligeramente, ella me arrastro hasta la cama poco a poco donde tiempo después me tiro y, con una sonrisa picara se situó sobre mi para mas tarde besar lentamente mis labios y acariciar mi rostro.
Tras esa demostración de cariño y deseo susurro unas cuantas palabras, tal vez no había entendido bien -ya que había sido casi insonoro-, tal vez si... Pero creí oír algo de una sorpresa y de si me gustaba.
Deslice mis manos por su cintura y la acaricie mientras la miraba a los ojos con un deje de deseo y lujuria.

- Por supuesto, a sido la mejor de todas -comente con una sonrisa picara- Pero yo también tengo algo para ti, no obstante te lo tendrás que ganar o buscar... Tu decides -le dije como si le propusiese un juego.

- Nunca olvidare cada uno de los momentos que paso, pase o pasare contigo... Y menos esta noche -le dije y tras eso ella mordió mi labio para después besarme y comenzar un juego de lenguas.